Gustav- Klimt
Pues no sé qué decirte, Brandon.
Pero cuando uno descubre que todo lo que nos ocurre está ahí para que
aprendamos, y que, en cuanto lo tenemos claro, desaparece cualquier vestigio de
infelicidad, dolor y sufrimiento…, la vida se convierte en una inmensa
oportunidad de jugar, experimentar y disfrutar de esta especie de paraíso secreto
y fascinante. Lo único que tengo que hacer es cambiar la calidad de mis
pensamientos. Esto es: donde antes decía: «Vaya mierda de día, a ver
dónde voy con estos pelos», pues que ahora diga: «Vaya día luminoso. Preparo una
mochilita y al campo, a buscar “tesoros” (llámese tesoros a una planta, una
piedrita singular, una pluma de ave..., o el simple y maravilloso valor del
silencio).
Otra manera de sanear el pensamiento sería dejar que mi hija se equivoque, esperar a que me pidan opinión para opinar o comprender que los ojos con los que yo veo el mundo no se los puedo ceder a otro para que vea lo que yo veo (o lo que me pierdo).
Mercedes Alfaya.
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