No suelo escribir reseñas de libros, aunque ésta va para mi compañera de trabajo: Teresa, que ayer me preguntó por algún libro bueno. No sé si éste es bueno o no, la verdad es que las historias tienen que coincidir con nuestro momento y de esa forma se convierten en magníficas. A mí, ésta me encantó.
Va para ti, Teresa.
Título: La elegancia del erizo
Autora: Muriel Barbery
Editorial: Seix Barral
Páginas: 367
ISBN:
978-84-322-5118-4
Yo
creo que de un buen libro hay que salir como de la culminación de un
acto de amor: cansado, feliz, desorientado y sin ganas de recomponer
la realidad. Y todo ello aderezado con un suave regustillo en el que
flotas durante un tiempo.
Pues
bien, con respecto a La
elegancia del erizo
os diré que me acerqué a él de una manera ingenua: ¿la historia
de dos almas gemelas predestinadas a encontrarse?... ¡Qué
interesante!
El
libro me lo había recomendado un amigo. Me dijo el título y me
pareció una bella combinación de palabras. Y ocurrió que, unos
días después, lo encontré en el escaparate de una de las librerías
del centro. Me llamó la atención la imagen de portada, parecía la
invitación de una niña pizpireta a visitar un París rosa bombón. Ni mucho menos. Y he aquí que, ni por asomo
podía yo imaginar lo que se entretejía al otro lado.
Mi
impresión fue que Muriel Barbery, la autora, quería escribir un
libro sobre filosofía, buscó unos personajes, una buena historia y
nos lo hizo ameno.
Yo,
la verdad, no recomendaría este libro a cualquiera; quiero decir que te tiene que gustar mucho la filosofía para disfrutarlo a tope.
Por mi parte:
Por mi parte:
pedazo
de historia - pedazo de personajes - pedazo de autora
Pero bueno, vayamos por partes, como dijo Jack, el Destripador.
Por
un lado, tenemos a Renée, la portera de un bloque de pisos que se
define a sí misma como cincuentona, bajita, rechoncha y fea, a la
que, además, le huele el aliento por las mañanas y tiene callos en
los pies. A juzgar por el desajuste de su apariencia, y esa especie
de abandono existencial que le sirve de coraza, nadie diría que la
portera esconde un insigne secreto. Por otro lado, está Paloma, una
cerebrito de doce años, cuya rareza estriba en cuestionarse todo lo
que ocurre a su alrededor y emitir juicios filosóficos que
desconciertan a la gente; incluía su familia (madre, padre y la
hermana: Colombe; para los que Paloma representa poco menos que un
incómodo grano en el culo; de ahí que la niña, ya en las primeras
páginas, decida suicidarse.
Con
respecto a la forma, destacar un recurso acertadísimo que utiliza la
autora en el difícil manejo de dos narradoras independientes a las
que vamos conociendo por separado. Se trata de la enumeración del
llamado diario
del
movimiento
del mundo
o las ideas
profundas,
términos que aparecen al inicio de los capítulos que pertenecen
exclusivamente a Paloma. Mientras que, cuando es Renée la que habla,
el capítulo viene precedido de un simple titular. Y como no podía
ser de otra forma, quien se encarga de unir estas dos almas idénticas será el destino: hado, o fuerza desconocida que se cree
obra sobre los hombres y los sucesos. Y es cuando aparece Kakuro,
japonés, rico y enigmático, fascinado por el descubrimiento de estas dos mujeres, una especie de arpas arrinconadas.
En
conjunto, tanto la niña como la portera me han parecido dos
personajes soberbios: auténticas, inteligentes y sensibles. Dos
almas embaucadas en la búsqueda de los valores más profundos del Ser. Dos ejemplares únicos, raros y fascinantes, como los números
primos, los tréboles de cuatro hojas o como cisnes en un mundo de
patos.
A
la autora, Muriel
Barbery,
no la conocía, por lo que he tenido que buscar información sobre
ella. Su biografía dice que nació en Casablanca, 1969, y que, hasta
su inminente consagración como escritora, daba clases de filosofía
en Bayeux, ciudad de la baja Normandía de apenas 15 mil habitantes.
Muriel se define a sí misma como una tímida empedernida, amante de
la cultura japonesa; país al que se ha trasladado con su marido,
Stéphane, abrumada por el éxito de este libro (más de un millón
de ejemplares vendidos). Descubrí que ésta no es su primera
novela, ya que en el año 2000 se publicó “Una golosina”, con
una impecable acogida por parte del público lector, pero que, ni
mucho menos, se acerca a la sublimación que ha cosechado con “La
elegancia del erizo”.
Al parecer, fue su editor quien le propuso el reto al comentarle que
ya que era escritor podría conseguir que una simple portera de
bloque escondiera un insigne pozo de sabiduría. Y así nació la
historia.
Contemplando
algunas de sus fotografías, Muriel
Barbery
me recuerda a una de esas flores de loto que nacen de entre el barro,
pura y perfecta, para abrirse al mundo con la misteriosa y humilde
candidez con la que brotan los milagros.
Añadir que, al terminar de leer La
elegancia del erizo,
no pude por menos que sostenerlo un momento entre mis manos y dejar
que los personajes ondulasen como espectros a mi alrededor. Soplé las
velas que acompañan mis lecturas nocturnas y deposité el ejemplar en
la estantería, convencida de que Kakuro, Paloma y Renée viven en el
interior de mucha gente a la que quiero descubrir.
─¿Quién cree poder hacer miel sin
compartir el destino de las abejas?
(“Idea profunda nº
13”.
La
elegancia del erizo).
Mercedes Alfaya.
2 comentarios:
...traigo
ecos
de
la
tarde
callada
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
MARTIN
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE MASTER AND COMMANDER, LEYENDAS DE PASIÓN, BAILANDO CON LOBOS, THE ARTIST, TITANIC SIÉNTEME DE CRIADAS Y SEÑORAS, ENEMIGOS PUBLICOS HÁLITO DESAYUNO CON DIAMANTES TIFÓN PULP FICTION, ESTALLIDO MAMMA MIA, JEAN EYRE, TOQUE DE CANELA, STAR WARS,
José
Ramón...
=)
"Yo creo que de un buen libro hay que salir como de la culminación de un acto de amor: cansado, feliz, desorientado y sin ganas de recomponer la realidad. Y todo ello aderezado con un suave regustillo en el que flotas durante un tiempo."
Hermosa descripción....
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