lunes, 25 de octubre de 2010

Vengo para hablar de mi libro

Jo, qué arte tuvo el maestro… Creo que todo el mundo recuerda la famosa protesta de D. Francisco Umbral en aquel programa de la tele; y llevaba toda la razón del mundo. Cómo se puede engañar a un renombrado escritor diciéndole que se le invita para hablar de su libro y luego ni se menciona; para opinar de otros temas, como él dijo, ya contaba con su columna en el periódico. Por favor, señora Milá, ¿usted con quién pensaba jugarse la audiencia? Eso no se hace. No se puede sacar de su estudio a tan ilustre prosista, meterlo entre un grupo de novatos y no hablar de su libro. Muy mal, señora Milá ¡Fatal!
Tal vez -“presuntamente”- por ese motivo, ahora la Milá se dedica a presentar otro tipo de programas que no tienen nada que ver con el mundo de las letras; por mala. Si es lo que yo digo: cuidadín, cuidadín, que nunca sabemos quién tiene el poder…
Un momento, acabo de darme cuenta de algo... (levanto los ojos a la izquierda, apoyo el codo en la mesa, me llevo los dedos a la boca -como si mordiera todas las uñas a la vez-, entorno las pestañas y arrugo la nariz; es que yo pienso así): "Oye, me acabo de dar cuenta que estoy desfasada; lo digo en serio. Así es que, lo primero que voy a hacer es publicar mi libro (como todo el mundo); luego vengo y lo cuento (como don Francisco) y por último, me apunto al facebook (pero eso un poco más ´palante´).
¡Ay! Don Francisco, que ahora todo va muy rápido, con lo que cuesta subir la cuesta…

Pequeño homenaje a D. Francisco Umbral
Breves apuntes sobre su vida (tal vez le queramos un poquito más)…

Nació en Madrid, en el hospital benéfico de la Maternidad , entonces situado en la calle Mesón de Paredes, en el barrio de Lavapiés, el 11 de mayo de 1932, según ha dejado acreditado la profesora Anna Caballé en su biografía Francisco Umbral. El frío de una vida. Su madre residía en Valladolid, pero se desplazó hasta Madrid para dar a luz con el fin de evitar las habladurías, ya que era madre soltera. El despego y distanciamiento de su madre respecto a él habría de marcar su dolorida sensibilidad. Pasó sus primeros cinco años en la localidad de Laguna de Duero y fue muy tardíamente escolarizado, según se dice por su mala salud, cuando ya contaba diez años; no terminó la educación general porque ello exigía presentar su partida de nacimiento y desvelar su origen. El niño era sin embargo un lector compulsivo y autodidacta de todo tipo de literatura, y empezó a trabajar a los catorce años como botones en un banco.
En 1959 se casó con María España Suárez Garrido, posteriormente fotógrafa de El País, y ambos tuvieron un hijo, «Pincho», que falleció con tan sólo seis años de leucemia, hecho del que nació su libro más lírico, dolido y personal: Mortal y rosa (1975). Eso inculcó en el autor un característico talante altivo y desesperado, absolutamente entregado a la escritura, que le ha suscitado no pocas polémicas y enemistades.
(Fuentes: Wikipedia).

7 comentarios:

Mar Cano Montil dijo...

Hola, Merce:

Jo, qué rápido vas publicando, no te quejes tú de las cuestas, guapa :)

Que yo venía a hablarte del asunto del monedero y a decirte que lo siento mucho, que sí, que es una putada ¡¡y que da una rabia de categoría!!

Pero creo que ningún mamarracho merece que gastes tu preciosa energía de turmalina ;) con él, aunque sea para maldecirle... ¡qué no, qué no merece la pena, te lo digo yo ,)!!

¡Anda y qué le zurzan! No te preocupes, el universo es muy sabio y todo sucede por algo. Ese individuo ya tendrá "su consecuencia" particular, ¡no lo dudes!

Y ahora, ¡a esta entrada, monada ;)!

Me ha gustado mucho lo que cuentas de Umbral... ¿Sabes? Cuando conocí al maestro, como bien tú le llamas, comencé a detestarle con la vehemencia que imprime la juventud y la chulería de tener veinticinco años menos, ¡casi ná! ;)jajaja

Y sííí, me acuerdo de aquel programa de la Milá...jajaja, ¿sabes? ahí comencé a llamarle "Umbrátil", por parecerme un ser taciturno; y además por la misma definición que la RAE da a esta palabreja, jeje...

Sin embargo, el día que le escuché decir que "los animales eran ángeles en la tierra", ese día... ese día comencé a llamarle MAESTRO, como tú.

Bueno, Merce, ¡vaya testamento que te estoy escribiendo!

Por cierto, lo aprovecho para agradecerte en el alma tu invitación al Parque de los delfines; no dudes que si nos podemos escapar, ¡eso está hecho! Además de los delfines, por encima está la fantástica experiencia de conocerte a tí :)

Besucos trasnochadores...

mar... dijo...

UF! pero que retrasada ando, no había leido tu post anterior pero veo que ya se te ha pasado el disgusto.
La verdad es que cuando nos ocurre la rabia nos inunda, a mi me ha pasado una vez lo mismo que a tí y mi deseo fué que se lo gastaran en medicamentos, pero cuando a mi hija le robaron el bolso hace un par de años amenazándola con una navaja no puedes ni imaginar los sapos y culebras que salieron por mi boca, si pudiera cogerle no se lo que hubiera hecho, (es que mi niña sólo tenía 17 años y se llevó un susto de muerte).
Sobre Umbral poco que decir, siempre le vi tan soberbio que apenas conozco su obra, la verdad es que ahora que nos has contado un poco su vida quizá sea hora de darle una oportunidad
Un beso de Mar

Paseo por las nubes dijo...

Hola, Mar:
Te doy la razón. No voy a gastar energía con la gente indeseable, pero la maldición no la retiro. Total, tine mi dinero y mi tarjeta de la seguridad social, que la curen (pero que tarden).

Muchos besos de turmalina para ti.


Hola, Mar:
Qué putada lo de tu hija. Yo es que no me controlo si le hacen algo a mis "polluelos". Mejor que me lo quiten de delante, porque no respondo.
Con respecto a Don Francisco Umbral, me ocurrió lo que a ti, me resultaba repelente y déspota, ahora comprendo el motivo (ya ves, nunca sabemos lo que esconde una vida ni los porqués). Yo le estoy descubriendo ahora; pobre, ni se va a enterar ya. Pero bueno... Mejor que lo lea ahora que sé de su amargura en la infancia y en su etapa como padre, seguro que le llega toda mi comprensión y mi cariño allí donde esté.
Besos, guapa.

tag dijo...

Bueno, pues a mi me ha pasado lo mismo.
Acabo de dejarte un comentario en lo del monedero, y ya tienes otro.

Me he alegrado de que nos cuentes un poquito de la vida de Fracisco Umbral, porque siempre me pareció un hombre antipatico y mal hablado como él solo, muy prepotente.

Ahora puedo comprenderle un poquito mejor, y es un ejemplo de como las circunstancias y el amor en la infancia influyen en el caracter de las personas.
Y para colofón, lo de su hijo.
Una pena.
Pero como diría mi madre, lo cortes no quita lo valiente, y esa lenguita se la tenía que haber lavado con lejía, jajaja.

Tu, cuando te inviten a un programa de la tele para hablar de tu libro, que no digas ni un solo taco ¿vale?

Un besito

María José Moreno dijo...

Ya mismito estas el en facebook, no lo dudo ni un segundo. Veremos tu libro publicado, persentado y vendido.
Un besazo

Manuel de Mágina dijo...

Me ha gustado mucho esa ternura tuya con el gran Umbral, creo que merecida. Comparto admiración por el personaje. Me parece que hablamos de un escritor de la cabeza a los pies; auténtico, insobornable, ya un clásico.

Un abrazo.

Chely dijo...

Y de se programa quien se olvida? ufff, como se levanto del sillon, me sorprendio bastante, pero sabemos el caracter que tiene y a pocos nos sorprendio.

Te vi en esa foto con los delfines, vaya sorpresota ehhh, ya te felicite a unque creo no era tu blog, pero da igual esa espericncia tiene que ser unica, me alegro la difrutaras..
besitos guapa muakkkkkkkk
AH, gracias por seguir leyendome.