
Como hace tanto frío y está lloviendo, aprovecho y, mientras se cuecen las patatas, experimento en la cocina de las letras (he comenzado una novela de la que ya escribí el final, je, je. Me queda trazar la ruta y decidir el tiempo que me quedaré en cada tramo).
Aquí va una tapita de rebozado casero con ingredientes (técnicos) que intento aprender de los maestros (difícil y divertido).
"Primero se empeñó en que recogiera mi cuarto, luego tuve que comer verduras ¡qué asco! Y lo peor, había convencido a mi padre para que me cortara el pelo, así está más guapo, ¡mentira! Así lo que yo parecía era un tonto, un tonto de remate, como se rían los niños de mí, ya veras, y me encerré en el baño.
La odiaba. Odiaba a esa mujer y que mi padre la llamara Menchu, vaya nombre que tenía la pobre. Una vez, me puse delante del espejo, recorté pelos del cepillo y me hice un bigote: Men-chU, cariño, ¿me alcanzas el periódico? Mi padre, antes, nunca leía el periódico, ni tenía bigote".