lunes, 1 de agosto de 2011

La tranquilidad del agua


Dicen que la tranquilidad del agua permite reflejar las cosas. ¿Y la tranquilidad del espíritu?...

Hoy, está siendo un día especialmente tranquilo. Tranquilo de cuerpo, alma y pensamiento. Pocas veces disfruto de esta pequeña holgazanería en la que me muevo por la casa, en camiseta, descalza y con una taza de café en las manos, mientras imagino, por ejemplo, cómo quedarían las paredes pintadas de salmón clarito o si convendría bajar un poco el falso de las cortinas del salón, que embebieron al lavarlas.

En la terraza he descubierto unos brotes nuevos, tiernos y verdes de los que no tengo ni idea de cómo llegaron hasta la jardinera, pero que me han recordado que la vida brota en cualquier parte, sin que la llames, y casi sin que la esperes. Y cuando una está así de sensible o de atenta es cuando emerge el fondo del estanque. Y descubres, con asombro, algunos tesoros sepultados que, en su día, se te pasaron por alto. Entre estas joyas que estuvieron a mi alcance, y que la prisa de lo cotidiano, el alboroto y algunos sinsabores tontos no me dejaron ver, están los escritos de algunos compañeros y algunas compañeras de blog (he disfrutado y llorado con sus textos; algunos muy antiguos). También, he recuperado las sabias palabras de un amigo o conocido con el que ya no tengo contacto o al que hace tiempo que no veo, y que he leído con asombro y admiración. Y revisé algunos de los silencios en los que (queriendo o sin darme cuenta) me escudé cuando alguien reclamaba mi presencia.

Tal vez, como una gran maestra, la vida no te acusa de nada, sólo va tranquilizando las aguas que dejaste revueltas, para que, al volver, en camiseta y con los pies descalzos, puedas sumergirte en ellas, alargar el brazo y extraer del fondo aquello que el tiempo ha embellecido como una perla bajo el mar.

También hoy, estuve contemplando el horizonte, ahora sin humos ni ruidos, y me sorprendí en una mueca de sonrisa extraña, al comprender cuántas veces pude elevarme por encima de los matorrales que yo no era capaz de atravesar, en vez de sofocar mis manos en el intento.

Hoy, es un día azul. Tanto que me he reconciliado con los fantasmas del pasado (aunque ellos no lo sepan) y me he perdonado a mí misma. También, he dejado un beso a todas las personas que, sin saberlo, me han regalado algunos tesoros del fondo de sus estanques. Luego, me tumbé en la cama a pensar en las musarañas; que son como los ratones, pero con un dedo más en cada pata delantera. Te llevo un dedo de ventaja, je, je.

9 comentarios:

Escribir es seducir dijo...

ME DIERON GANAS DE TENER UN DÍA ASÍ. HACE MUCHO QUE LO ESPERO!!!!!

ME ALEGRA POR VOS

SALUDOS

Paseo por las nubes dijo...

Pues nada, a por él...
Besillos.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Estupenda manera de redescubrirse! =) me alegra que lo hayas hecho posible.

Un abrazo.

Natàlia Tàrraco dijo...

Mercedes !salve!
He flotado hoy en las aguas y en chanclas, en camiseta, con cinco dedos en mi mano, he mirado a la "nada" al "todo", y sin querer pontificar ni ejercer de maestrilla en nada, para nada, me he sentido feliz de una forma simple, pura, regalada. Esa felicidad la guardo no la tiro, queda, tienes razón.
Nos vemos ni que sea de vez en cuando. Recuerdos de Ona.

Paseo por las nubes dijo...

Gracias, Neo. Siempre tan amable, así eres tú.

Nátali, ¡salve! guapetona. Si has encontrado ese cachito de felicidad, guárdalo como un tesoro y, de vez en cuando, lo frotas bien, para que despida todos los colores que atesora.
Un guiñe para ti ;))

Natàlia Tàrraco dijo...

Un "guiñe" o los que sean, para reencontrar aquellos caminos, inciertos o certeros, estimulantes !Ave! o sea, pájaro, esperanza.
Destellos de colores que creo aterosar contigo.

Paseo por las nubes dijo...

Nátali, ¿qué haces levantada a estas horasssss? je, je. Yo ya me voy a la cama.
Dulces sueños

Marinel dijo...

Uf,me ha encantado pasear descalza contigo y la tranquilidad de tu mente.
Esos momentos relajados en los que se hace de la observación un arte,tú acabas de bordarlos.
Un placer conocerte y seguirte,con tu permiso.
Sabes...me has recordado un poco a mí en este pasear los pensamientos divagando de mano de la tranquilidad.
Besos.

Paseo por las nubes dijo...

Placer de conocerte compartido, Marinel.
Seguiremos buscando tesoros bajo el agua.
Besazo en camiseta y con los pies descalzos.