Yo no sé tú, pero yo, si abro un día la puerta y me encuentro con semejante espejismo, es que dejo que se me peguen las lentejas del tirón. Y no es el traje, que sería un detalle (vista la informalidad en el vestir con la que nos pavoneamos de modernos, y que no es otra cosa que una vaga y desordenada dejadez personal, producto del poco espacio que dedicamos a los espejos y el mucho tiempo que perdemos en Internet). Tampoco es la pajarita, un accesorio que sólo debe lucirse si el formato concuerda con la sonrisa (en este caso, más que justificada).
Vamos con la flor (que tiene su aquel). Los más eróticos incluso sacarían sus conclusiones acerca de la posición, tamaño y oferta (digo yo que las señales están para interpretarlas...). ¿Y el lacito? ¿Qué me dicen de ese lacito rojo anudado bajo las hojas? Uy, sin duda, el lacito promete… ¿Sorpresa adicional? Quién sabe… Eso sí, no antes de…, ni después de…, sino, además de... (que sería lo suyo).
Seguimos…
Nótese la posición de la mano izquierda, apoyada con toda convicción en el quicio de la puerta, como diciendo: “¡Qué! ¿Me esperabas? Pues aquí me tienes”. Jo, y te dan ganas de mandar las gestiones del banco a paseo, dejar que el polvo se acumule sobre los muebles y que se apolille el blog por formateo de dulce inesperado.
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Seguimos…
Nótese la posición de la mano izquierda, apoyada con toda convicción en el quicio de la puerta, como diciendo: “¡Qué! ¿Me esperabas? Pues aquí me tienes”. Jo, y te dan ganas de mandar las gestiones del banco a paseo, dejar que el polvo se acumule sobre los muebles y que se apolille el blog por formateo de dulce inesperado.
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Ains, nada, nada. Que sólo es una foto de ojillos picantes que encontré por ahí. Pero mira, a falta de otras guindas, me la voy a colocar de fondo de pantalla; dicen que de espejismos también vive el hombre. Y LA MUJER.
PD: "¿Por qué será que todo lo que me gusta es ilegal, es inmoral, engorda o está a cientos de kilómetros de mí...?"
Mercedes Martín Alfaya
10 comentarios:
Cierto... estoy a cientos de kilómetros de ti ;)
besos
jajajajja. Eres un puntazo, Luis. Otro de los atractivos que me parece nos encantan a las mujeres, es el sentido del humor,eso sí, manejado con elegancia, y tú siempre demuestras que es una de tus mejores cualidades.
besillo a cientos de kilómetros y a un "clic" de distancia.
ME ENCANTO!!!!! GENIAL EL POST SIEMPRE QUEREMOS LO IMPOSIBLE
SALUDOS
Ayyyy, que no que lo que no puede ser no es,jajja.
Alegra esta entrada.
Besos.
Hola, escritora seductora, es cierto, parece que siempre queremos lo imposible, quizás porque de esa forma mantenemos la ilusión y, quién sabe, igual con ese cartelito de "imposible" nosotros mismos nos cerramos las puertas a lo posible. Porque, a ver... ¿quién dice que no haya por ahí un tipo guapetón, simpático y de ojillos traviesos como los del Richard, buscando una flor como esa para mí? ¿Eh? Pues eso, sólo hay que transformar los pensamientos en positivo et voi-là...
Besillos con magia.
San, esta entrada ya no la voy a rectificar, pero igual me lanzo con otra y le enchufo toda la alegría que se me cuele por los dedos.
Besos con final feliz ;))
Yo quiero uno como ese, asi vestido y con ese objeto fálico, perdón rosa con tallo, en la mano ...jajajaj Es una broma. Me encanta tu entrada, eres una maestra de las palabras. ¿Qué tal fueron los exámenes?
Un besazo
Hola, María José:
Los exámenes muy bien (chuapo).
Además, hoy tengo premio añadido: acabo de regresar del Castillo de Bil-Bil, donde se han celebrado los actos del´Día de la Mujer y donde mi relato ha ganado el 2º Premio Nacional de Relato Centro de la Mujer de Benalmádena. Yupiiiiiiii.
Ahora, como mujer y trabajadora dentro y fuera de casa, voy a terminar de hacer la comida y enseguida me tengo que ir al trabajo. Yo creo que también nos merecemos ese otro premio del que hablas (con lazo y todo), je, je. Pillina-a-a-a
besotes, mil.
Pues hija Mercedes si a mí se me aparece semejante espejismo delante de mi puerta, también dejo que se me peguen las lentejas, se coma el polvo a los muebles y se caiga la casa entera !vamos, anda que no!, pero ¿que quieres?, ya somos dos... a mí también todo lo que me gusta resulta que es ilegal o inmoral o engorda o está no a cientos de kilómetros, a miles... pero ya sabes, a falta de pan, buenas son tortas, así que !a por las ilusiones, que de ilusiones se vive!
ja,ja,ja, me ha encantao tu entrada !genialísima!
Besitos gordotes
Muy buena, Mercedes, esa glosa vestida de descripción, sobre este personaje tan seductor que hasta los hombres le echaríamos piropos si no fuéramos tan... "masculinos".
Un abrazo.
Hola, mujer, cuarenti, madre trabajadora, soñadora y mil cosas más, di que sí, mientras nos llega la guinda y el pastel, nada que objetar a las tortas, je, je.
Besillos, mil.
Manuel, estoy contigo, el tipo se merece un piropo; aunque, todos tenemos una parte de encanto personal, incluso no siendo famosos, je, je.
Tú eres un cielo.
Besotes.
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