lunes, 4 de octubre de 2010

No me siento las piernas


Nada. Que no hay manera. Ni que me lea un artículo interesante, ni que busque en Internet, ni que heche mano de una palabra, un recuerdo, una anécdota…¿Tal vez un ´churrito´ al que transformar en solomillo?... Anda, monina, aparece...
Joder, que no. Que esto de la inspiración es como el lápiz de ojos, cuando más lo necesitas se te pierde o lo encuentas sin punta; con lo caríiiiiiisimos que son.

¿Me estaré oxidando?...
Plas, plas, plas. Me voy al baño, enciendo la luz, pego la cara al espejo y me tiro del párpado: decía mi abuela que si estás malita tienes que mirar la parte interna del párpado inferior y comprobar que no está blancuzca. Pues no, no lo está. Agggg. Tampoco es de la garganta, no hay placas a la vista. ¿Y el tono? A ver:
“La donna è mobile,
qual piuma al vento,
muta d'accent.
E di pensiero..”
Perfecto. ¿Entonces?... ¿Por qué todavía no escribí nada con las horas que son? Qué desesperación.
Ya sé que no hay que obsesionarse con las cosas, pero es que yo, si dan las doce de la mañana y no escribí algo me preocupo; un día de entrenamiento perdido. ¿Qué? ¿Qué no lo entiendes? Pues esto es como el que sale a correr todos los días (aunque no sea deportista) y va una mañana y no se puede levantar de la cama. ¿No es mogollón de chungo…?

Ay, a ver…, creo que se me está ocurriendo algo… ¡Eso es! Voy a contar lo del niñato ese que me encontré ayer en la estación de cercanías y no paraba de hablar por el móvil.
Veamos (me humedezco los dedos y tiro de la bandeja del ordenador).
-¡Mamaaá!
-Queeeé
-¿Tienes que salir a comprar?
-Síiiii
-Pues que no se te olvide mi espuma del pelooooo
-Nooooooo

Si es que no puede ser. Esto de llevar la escritura mezclada con la casa y los encargos tiene su mérito; y luego dicen que si Pérez Reverte, que si la Isabel Allende … A esos los quisiera yo ver escribiendo con el potaje de garbanzos al fuego, el tío del contador de la luz llamando al portero, el niño pidiéndote dinero para gasolina (y con prisas, que llega tarde a la Universidad ), la vecina de arriba con los tacones, y las voces en off: “Mamaaaaaaaá ¿Todavía no has ido a comprar? Pues a ver si dejas ya las chorradas del ordenador que necesito la espuma del pelo”.
En fin, que hoy ya no me da tiempo a escribir. Me voy a por la espuma de los cojones; igual me ocurre algo en el ´super´ me animo y lo cuento.
Ahora comprendo la extrema desesperación en la cara de Rambo cuando dijo: “Tengo miedo. No me siento las piernas”.

11 comentarios:

María José Moreno dijo...

Asi em siento a veces, me identifico perfectamente con esta mujer...jajaja, igual algún día llegamos a ser como Perez Reverte...la esperanza nunca debe perderse.
Un beso otoñal

Ardilla Roja dijo...

jajaja Ay! si yo te contaraaaa. Como sabes, además de los niños propios (alguno con espolones) tengo los ajenos.

Como Perez Reverte no te veo la verdad, pero como la Allende si, a veces incluso mejor.

Ardilla Roja dijo...

Necesito hibernar con urgencia; se me fue el post antes de terminar.

Que eso, que me encanta leerte hasta lo que "no has escrito".

Un abrazo con lluvia de hojas secas.

Ave Mundi Luminar dijo...

jejeje .. pues a ti no se te va la inspiración ni con agua caliente :).

...Me ha gustado la escena en la que cualquiera de los 'divos' de la literatura tiene que lidiar con el puchero y las 'delicias' de las obligaciones familiares...jejeje

En cualquier caso, creo que ambos somos de los que pensamos que si algún día vuelve la inspiración entonces que nos pille trabajando, que una parte de las tareas creativas las dictan las musas y la otra el estar al pie del cañón... ¿No te parece?.

:)

Felisa Moreno dijo...

Yo tampoco imagino a la Almudena Grandes que, según nos contó en una conferencia, escribía todos los días cinco hora diarias, sin interrupción. Y yo pensaba, ¿cómo será eso?
Un beso, Merce

Susana dijo...

Jajjaja! No sabes cómo te entiendo, amiga!!

Un besote.

Natàlia Tàrraco dijo...

Pues si te descuidas...con o sin piernas, dormidas o plis plas sobre el pavimento, te acercas y tecleas un relato de aquí te espero.
¿Te olvidaste la espumita? Que vaya Reverte a comprártela.
Uf, no sabes como te comprendo, me duelen los pies y no sé qué hacer de comida, y en la clase esta tarde me quedaré en blanco...
Ahora tecleo en tu honor, tecleadora de instantes muy vividos. Besittos.

Paseo por las nubes dijo...

Oye, María José, eso de que lleguemos a ser como Pérez Reverte ni lo sueñes, que a mí no me gusta nada lo de tener que afeitarse la cara todas las mañanas (sin embargo, me chifla ver cómo lo hacen los hombres).
Bueno, es broma; que sí, que sí, que a andar se aprende andando (aunque algunos días no te sientas las piernas).
Besotes de licor de manzana otoñal.

Ardi, con qué buenos ojos me miras. Viniendo de ti es todo un regalo y un piropo.
Besos desde la casa sin los espíritus (por decir una tontería, je, je).

Ave, cómo me mimas… Tú lo has dicho, si viene la inspiración que nos pille así (o mirando el horizonte, que a veces, también funciona).
besos inspirados.

Felisa, digo yo que si con el poco tiempo que tenemos y las obligaciones, todavía somos capaces de escribir, si nos dejan un caserón, nos sirven la comida, nos cuelgan en la puerta el cartel de no moleste a la escritora y nos perfuman la sala, igual nos vemos en próximo Nobel; no te digo...
Besos de alfombra roja.

Susi, me alegro que me entiendas.
Besos risueños ;))

Nátali, muchas gracias por tus palabras. Me voy a pensar eso que dices de contratar a Pérez Reverte para que me traiga la espumita, je, je.
Besos de chin chin.

Tempus fugit dijo...

A Rambo me gustaría verlo en la situación que describes...


besos

mar... dijo...

Jajajaja, si señora, a mi también me gustaría ver a todos ellos ocupándose de la casa, los recados, la comida, los niños, los que ya no son tan niños y demás.
Pero de una cosa estoy segura, que si a ellos les faltara la inspiración no serian capaces de escribir de algo tan cotidiano con la gracia y el salero que tu lo haces.
Un beso de Mar

Paseo por las nubes dijo...

De cenizas, eso digo yo. Que luego parece que no haces nada si no has ido a la guerra. Y, como yo digo, si lidiar con los días es toda una batalla. Y si, además, te gusta escribir, pues tienes que buscar un ratito, que para ver la tele de las narices todo el mundo tiene tiempo, y a esos no les dice nadie que dejen las chorradas de la tele y vayan por la espumita del pelo... En fin, que sí, que sí, que mucho Rambo y todo lo que quieras, pero los hay que parecen zurdos de las dos manos.
Besos de compañeros de fatigas.

Mar, qué buena eres. Me subes la moral,pero ná, no te creas, ya quisiera yo... Intentarlo sí que lo intento y, oye, mira, igual algún día, después de dar mil veces en la herradura, doy una en el clavo (como decía el maestro).
Besos con sonrisas y gratitud.