martes, 22 de mayo de 2012

Mientras escribo...

¡A mí es que me ocurre cada cosa!… (y dejo la palabra cosa porque mi nuevo maestro de la escritura me aconseja que no rebusque palabras que sustituyan a las que salen de forma natural).

Resulta que, sin comerlo ni beberlo, el gran maestro del suspense y la ciencia ficción ha decidido hacer un alto en el camino y dedicar parte de su preciado tiempo a darme clases de escritura. Así, como te lo cuento (o como te lo contaré más adelante, posiblemente en otro post). ¿No te lo crees?, bueno, allá tú. El caso es que andábamos con el tema de la novela, su creación, los personajes y demás, cuando me ha revelado un secreto que me deshizo todos los nudos en los que me quedé atrapada durante años. Todo el mundo (incluidos los maestros literarios) te dicen que si no tienes el final de una novela, mejor que lo busques antes de acometer la historia. Y ahí es donde me encojo. Tengo una historia (aceptable) pero no tiene final (al menos, todavía), motivo por el que acumula polvo de tiempo en la parte baja de mi estantería. Y ahora va el señor King, el mismísimo Stephen King, el archiconocido y admirado escritor, el creador de Carrie y El resplandor, se me sienta al lado, me toma de la mano y me dice que quiere contribuir en mi formación como escritora. ¡Guaaaaaaau! Lo imposible sólo cuesta un poco más.



Pues bien, a lo que voy. Que le acabo de pedir un descansito de clase al profe, mientras salgo a la ventana, digiero esa revelación que salva mi universo como novelista en potencia, y lo cuento. Vaya que si lo cuento. Tantos años contemplando a unos personajes suspendidos en las cuerdas de mis páginas, aguardando un final que no llega (y no llega porque no andan; y no andan porque no saben de la aventura de aventurarse). Ay, muchas gracias maestro, por ese billete de viaje sorpresa que acabas de regalar a mis personajes.
Con el permiso del superprofe, King, aquí os dejo la prueba irrefutable de sus palabras con respecto al tema.

"Me fío mucho más de la intuición, gracias a que mis libros tienden a basarse en situaciones más que en historias. Entre las ideas que los han concebido las hay más complejas y más simples, pero la mayoría comienza con la escueta sencillez del escaparate de unos grandes almacenes, o de un cuadro de museo de cera. Deseo poner a un grupo de personajes (o a dos, o puede que hasta a uno) en alguna clase de aprieto, y ver cómo intentan salir. Mi trabajo no consiste en ayudarlos a salir, ni a manipularlos para que queden a salvo (serían los trabajos que requieren el uso ruidoso del martillo neumático, o sea, la trama), sino observar que sucede y transcribirlo.
Tiene preferencia la situación. Luego vienen los personajes, que al principio siempre son planos, sin rasgos distintivos. Una vez que se han fijado ambos elementos en mi cerebro, empiezo a contar la historia. A menudo vislumbro el desenlace, pero nunca he exigido a ningún grupo de personajes que hagan las cosas a mi manera. Al contrario: quiero que vayan a la suya. En algunos casos el desenlace es el que tenía previsto, pero en la mayoría surge como algo inesperado. Gran ventaja para el novelista de suspense: resulta que además de ser el creador de la novela, actúo como su primer lector; y si yo mismo, que lo veo por dentro, no consigo prever con un mínimo acierto en qué dará el enredo, puedo estar casi seguro de que el lector empezará a girar las páginas como un poseso. Además, ¿qué sentido tiene preocuparse por el final? ¿De qué sirve estar tan obsesionado con controlarlo todo? Algo, tarde o temprano, siempre pasa.



... Ten presente que en historia y esquema argumental hay una diferencia enorme. La primera es honrada y de fiar, mientras que el segundo es sospechoso y conviene
someterlo a arresto domiciliario".

(Mientras escribo; Stephen King)



Vamos, que yo ya no espero a nadie.
A clase, que una oportunidad como ésta merece la reclusión momentánea y la clausura de cuerpo y alma. Por cierto, apunta esta frase: "Si te dan un día para cortar un árbol, emplea medio en afilar el hacha". (En ello estamos...).

5 comentarios:

mar... dijo...

¡Que casualidad!
Hace un ratito estaba leyendo un ejemplar atrasado de XL Semanal, leía un reportaje sobre Stephen King y pensaba lo mismo, que yo jamás tengo el final de un relato y cuando lo tengo y comienzo a escribir, el resultado final no se parece en nada a lo que tenía previsto. Por eso hasta ahora no me he atrevido a dar un paso más, pero después de leer uno de los párrafos quizá me lo comience a plantear.
Te lo copio.
"Yo nunca pienso en un relato como algo artificial, sino como algo con lo que me he encontrado. Como si lo hubiera encontrado en el suelo y me lo hubiera apropiado. Alguien me dijo una vez que veo las cosas así para no dar importancia excesiva a mi propia creatividad. También es un hecho que en el libro que ahora estoy escribiendo hay varios aspectos que aún no he conseguido resolver. Pero no me quita el sueño; las soluciones ya aparecerán cuando sean necesarias de verdad."
En el reportaje habla de un libro en el que cuenta los secretos de su escritura, estoy intentado encontrarlo para descargármelo porque tiene buena pinta. ¿no crees?
Un beso
Mar

Paseo por las nubes dijo...

Hola, Mar. El libro que buscas es precisamente el que estoy leyendo. La primera parte es la historia de su vida contada por él mismo. Una pasada, porque asistes a su niñez y te cuenta cómo surgieron algunas de sus novelas famosas. Asistes a su época de instituto y a sus penurias iniciales.
La otra parte del libro es eso, un manual de escritura. Sus palabras, consejos y ejemplos sobre el arte de escribir no tiene desperdicio. También te cuenta (y se moja lo suyo) lo malas que son algunas novelas y te dice porqué. Sin importarle añadir autores y párrafos. A mi me está gustando muchísimo, y estoy aprendiendo tela.
Te dejo el enlace donde puedes encontrar el libro completo (está en internet para que podamos leerlo).
Un abrazo y que tengas buen día.

Copia este enlace y lo añades al buscador
http://www.librosgratisweb.com/html/king-stephen/mientras-escribo/index.htm

mar... dijo...

Hola Mercedes.
Esta mañana encontré el libro y me lo bajé. Comenzaré a leerlo esta tarde, ¡ya tengo ganas!, parece que promete.
Yo suelo descargar todos de bibliotheka.org, imagino que ya la conocerás, es una biblioteca virtual gratuita donde se encuentran miles de libros de diferente temática.
Gracias por el enlace, me lo apunto para otra vez.
Un beso
Mar

Unknown dijo...

No siempre las técnicas que funcionan para unos lo hacen para todos, aunque sean escritores consagrados.
Las técnicas pueden ayudar, no cabe duda, pero creo que la espontaneidad no se aprende en ningun curso de escritura.
Es mi modesta opinión.

María José Moreno dijo...

Parece muy interesante. Lo voy a buscar. Gracias por compartirlo. bestias Merce