Ayer fue un día diferente. Y todo porque a las tres de la tarde, cuando salí del trabajo, me esperaba María José, una amiga cordobesa recién estrenada. Habíamos quedado para comer y pasar la tarde juntas; por eso digo que fue un día diferente, porque yo siempre que tengo turno de mañana, salgo de trabajar, y para casa. Me hizo ilusión tomarme la tarde de aventura (María José tampoco tenía planes). Lo primero que hicimos fue irnos a comer a La Alborada (un restaurante que hay junto a la estación de tren de cercanías, y que está muy bien). Comimos menú; tarta de almendras incluida.
-Y, ahora, ¿a dónde vamos?, preguntó ella.
-¿Conoces la Estupa?
-No.
-Pues, andando.
Bueno, andando no fuimos, porque la Estupa está en Benalmádena-Pueblo (en la montaña), de manera que tomamos el autobús. A María José le gustó mucho el enclave (tiene unas vistas panorámicas de lujo). El templo es pequeño, con imágenes de Buda y los maestros. Reinaba un silencio engrandecedor. Le preguntamos a un chico que mondaba una naranja en la puerta, si había algún taller de meditación y nos dijo que sí, que podíamos volver el viernes y participar en uno: MEDITACIÓN GUIADA SOBRE LAS TRES LUCES cada Martes, Viernes y Domingo a las 18.30 hrs.
PRACTICA DEL NGONDRO cada Miercoles a las 19.00 hrs.
Entrada libre. Todos son bienvenidos!
-Ah, qué bien.
A continuación, nos fuimos a recorrer el caminito que bordea la Estupa, donde hay que pararse en cada dibujo del suelo, cerrar los ojos y sentir. Sentir se hace con los ojos cerrados, igual que cuando te besas con alguien (uy, hace tanto que no practico esto del beso..., je, je).
María José me dijo que llevaba un pequeño dolor en el cuello y que se le había quitado; la relajación, que puede con todo. En fin, que luego estuvimos paseando por el pueblo, y otra vez para abajo. Por poco perdemos el autobús para volver, porque andábamos sentadas en un banco, enfrascadas en conversación y no nos dimos cuenta de que había llegado el coche a la parada. Menos mal que un chico le hizo una señal al conductor mientras cruzaba la calle y éste lo esperó, momento que aprovechamos para subirnos. Uy, qué despiste.
En fin, que María José y yo, hemos quedado el viernes para volver a la Estupa y participar en el curso de Meditación.
Otorgada por el Lama Tibetano Khenpo Ngedon.
"Trae ropa cómoda", me aconsejó María José, y yo levanté el dedo pulgar y me despedí de ella en el centro. Lo pasamos de fábula. Qué bien...
6 comentarios:
Qué bien, Merce. Me gusta eso de estrenar amigas "en vivo y en directo" ;) sin los alienantes megabits de por medio...
Yo creo que, además de pasarlo pipa de girasol, encima has cumplido con una de tus preciosas "tareas pendientes", a saber:
"Reducir el consumo de suspiros y aumentar la frecuencia de encuentros."
Pues nada, ¡ya puedes tacharla de tu lista!
Besos de ilusión y planes nuevos.
Gracias, Mar. Qué rica eres.
A ver si te animas a venir y ya somos tres para una tarde de aventuras, je, je.
Seguro que enseguida tacho todas las tareas pendientes...
Besos con lazo.
qué gratificante es comprobar que todos los días merecen ser vividos como si no hubiese resto. Así. De ese modo.
Un sitio precioso , que conozco muy bien . Hasta lleve mis nietos para que vean que hay otras religiones y a mi entender son todas validas .
Una maravillosa foto !!!
Besos de vecina...
...y justamente hoy dicen comienza algo así como el renacer espiritual de la humanidad...en tu caso parece ser que es una señal?
Un abrazo
Que envidiazzza más grande ! :)
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