He terminado de afilar el hacha.
Bajo el brazo, como un tesoro, llevo algunas herramientas que me proporcionarán seguridad. Los árboles, enigmáticos y mudos, se alinean como gigantes custodiando la senda. ¿Tengo miedo? Si. Pero a raya. Domesticado. A mis órdenes.
Mi equipaje: un libro de técnicas de escritura creativa, algunos consejos de los maestros, frases, decálogos…, y un puñado de expresiones mágicas que fui recopilando a lo largo de los años, extraídas de los mejores libros.
¿Mis amigos?... “El amor en los tiempos del cólera”: una suerte de riqueza léxica y una joya literaria. “Industrias y andanzas de Alfanhuí": un libro que me regalaron, para que no se me olvide la belleza de las palabras y la magia de recrear la infancia.
También me llevo (cómo no) “El camino” de Delibes; los cuentos de Chéjov; a Flaubert, Poe, Cortázar y Vargas Llosa (Papá Noel me dejó su último libro: “El sueño del celta”); y a María Dueñas (un descubrimiento) con su “Tiempo entre costuras”: por la lenta, rica y envolvente profesionalidad con la que va hilando escenas. No encontré, sin embargo “Consejos para un joven novelista”, de Vargas Llosa, una voz que hubiera colmado y completado mi equipaje.
En fin, a la espera, todo listo. En busca del árbol perdido. Se oyen búhos y crujen ramas; estoy segura de que el camino empieza aquí.
“Lo que ocurrió bajo la lluvia, sólo bajo la lluvia puede ser contado y recordado”.
Hasta pronto.
Feliz entrada de año.
Bajo el brazo, como un tesoro, llevo algunas herramientas que me proporcionarán seguridad. Los árboles, enigmáticos y mudos, se alinean como gigantes custodiando la senda. ¿Tengo miedo? Si. Pero a raya. Domesticado. A mis órdenes.
Mi equipaje: un libro de técnicas de escritura creativa, algunos consejos de los maestros, frases, decálogos…, y un puñado de expresiones mágicas que fui recopilando a lo largo de los años, extraídas de los mejores libros.
¿Mis amigos?... “El amor en los tiempos del cólera”: una suerte de riqueza léxica y una joya literaria. “Industrias y andanzas de Alfanhuí": un libro que me regalaron, para que no se me olvide la belleza de las palabras y la magia de recrear la infancia.
También me llevo (cómo no) “El camino” de Delibes; los cuentos de Chéjov; a Flaubert, Poe, Cortázar y Vargas Llosa (Papá Noel me dejó su último libro: “El sueño del celta”); y a María Dueñas (un descubrimiento) con su “Tiempo entre costuras”: por la lenta, rica y envolvente profesionalidad con la que va hilando escenas. No encontré, sin embargo “Consejos para un joven novelista”, de Vargas Llosa, una voz que hubiera colmado y completado mi equipaje.
En fin, a la espera, todo listo. En busca del árbol perdido. Se oyen búhos y crujen ramas; estoy segura de que el camino empieza aquí.
“Lo que ocurrió bajo la lluvia, sólo bajo la lluvia puede ser contado y recordado”.
Hasta pronto.
Feliz entrada de año.
7 comentarios:
Veo que inicias un viaje hacia adentro. Cunado vuelvas, comparte.
besos
Bueno, Luis, en parte llevas razón, en eso del viaje hacia adentro. Mi mundo es la escritura y como dicen que "eres lo que escribes" pues, primero intento ser.
Seguiré compartiendo, no te preocupes, es algo innato en mí (aunque a veces me equivoque).
Muchos besos y Feliz Año.
Pasear por el bosque es algo que me fascina y veo que a ti también.Presta atención a todo, los sonidos se hacen silencio y el silencio es el murmullo de ti misma.Gracias por compartir. Saludos wapa y que pases feliz noche vieja.
Besos, Marina. Escucharé el silencio y me acordaré de ti.
Feliz entrada de año
Que la fuerza (esa que muestras últimamente)te acompañe. Feliz entrada en el nuevo año y un abrazo muy grande.
Buen equipaje amiga mia para ese viaje hacia tus letras.
Un abrazo y feliz 2011
El mejor equipaje es el que se lleva sin esfuerzo, el disfrute del paisaje es mayor ;)
Feliz Año y mucha salud, Mercedes.
Un abrazo
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